Lo líquido definiría lo "nuestro", al final ese nuestro que rebasa el número 2 e inunda más caminos.
Lo líquido porque fluye, porque construye gota a gota, hilo a hilo hasta esculpir la piedra.
Lo líquido porque es una caricia casi inexistente, pero que penetra y hace cosquillitas. Que refresca y alivia, que moviliza y remueve. Que alborota y produce paz.
Lo líquido que se evapora y aparentemente desaparece; pero siempre esta ahí, aunque se invicibilice lo sientes y sabes inconscientemente que forma tu ser y tu entorno.
Lo líquido que va en círculos de manera infinita, que viene y se va, que nuevamente regresa renovado, reinventado, renacido.
Ese líquido que define éste tiempo juntos, que inspira y equilibra.
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