La Paz, 8 de Octubre de 1957
2:30 a.m.
"Aunque parezca una broma, me escribo a ti esta carta no sé con qué intención, excepto la de hacerte notar qur todavía vivo pese a que cada minuto de mi existencia o de la existencia de millones de seres podía haber muerto millones de veces. Pero ya ves que [¿?] eres si te pasas el trabajo tan solo para hacerte notar que vives, como si fuera una gran cosa o como si alguien tuviera que llenarse de júbilo ante el que todavía vivas. Lo que pasa es que simplemente quiero dirigirme una carta al cumplir treinta y seis años de vida en la Tierra, y desecho todo pretexto para justificar el escribirme una carta, sobre todo ese de "hacerme notar" que todavía vivo. Cualquiera que se entere de semejante pretexto se echaría a reír, y por eso mismo digo que es preferible se ría de cualquier cosa y no de un pretexto. Si alguien se ríe de un pretexto, no se ríe del pretexto sino del fondo de uno mismo, porque descubre el pliegue de mismo de uno. Es decir, no se ríe de la superficie de uno sino amargamente de su interior. De cualquier modo, no me importa que se rían de mí; lo que me importa en este momento es proseguir la carta.
[¿?] los discos han tocado perfectamente bien. Después de eso hice otras pequeñas cosas, tales como calentar café, prender un cigarrillo, etc.
Pero descubro ahora que estoy demasiado alucinado para proseguir escribiéndome esta carta. No tengo ganas de decir nada, excepto que estoy en extremo aburrido y que este aburrimiento y hastío me pesan formidablemente. Debo estar en una crisis sabe Dios de qué, pero todo lo veo desde el lado sombrío; pienso en la muerte de los otros, en la inutilidad, y sobre todo en que es supremamente importante tener un hijo, pero a tiempo de para poder verlo antes de morir tal como uno ha querido sobre la Tierra. Sino llego a tener un hijo y no logro esto último yo digo, mi muerte no alcanzará la grandiosidad tranquila que debiera tener toda muerte en justificación noble de la pobre vida.
Tengo hastío, cansancio físico, pereza, desánimo. No prosigo esta carta. Hasta luego...[¿iluso?]"
Jaime Saenz
En honor al gran compañero astral y a mi cuarto de siglo en este universo.