5 ene 2014

-Maldito vecin@, o no!!- (Pendiente 1)


Creo que el ser humano no llega a "ser" si no le ata una tarea pendiente, y entre una de las tareas pendientes que tenia era construir un blog comunitario con mis compañer@s de oficina, acerca de ese ver la ciudad desde el ser "funcionari@/servidor@ municipal". 

El blog se llamaría "Maldito vecin@, o no!!", y pues ya transcurrió mas de un año y el proyecto no se concretó y por lo tanto, yo no publique mi pequeño escrito, así que aprovechando "la migrante nocturna", tomare la oportunidad no  se si desviarme del tema del blog, pero si entremezclarlos. Aquí les presento:


¿Ventanas rotas? Use parches!


En 1969 la Universidad de Stanford realizó un estudio psicológico acerca de las causas de la inseguridad. El experimento comienza con un objeto común en dos escenarios “diferentes” social y económicamente. El objeto común: un automóvil con las puertas abiertas. Los escenarios: Bronx, Nueva York escenario conocido por los altos índices de delincuencia y pobreza y Palo Alto, California escenario seguro y  habitado por gente adinerada. El automóvil en el escenario supuestamente peligroso a los diez minutos fue desmontado poco a poco y las piezas que no pudieron ser trasladadas las destruyeron. Mientras tanto en el escenario rico y seguro, el automóvil se mantenía  intacto durante una semana hasta que los investigadores  decidieron romper alguna de las ventanas y el efecto fue similar al del primer caso. Entonces una de las conclusiones fue, que no interesa en realidad el contexto, si el objeto de alguna manera se encuentra maltratado, no producirá ninguna acción contraria a mayor maltrato y descuido.


Trasladando esta experiencia científica  nuestra  ciudad, surgen las siguientes preguntas: ¿La Paz será una ventana rota, donde aves de rapiña traspasan la ventana descuartizando  al único muerto?, o acaso  ¿es un edificio de vidrio esmerilado de multicolores?, o más bien un mix de las anteriores opciones?
Respondiendo: personalmente creo que la ciudad siempre es una mixturita y la respuesta repetitiva de un “sí y no” a todas las preguntas acerca de ella.


En ese caso nuestras ventanas rotas: el tan famoso “así nomás”, “siempre ha estado así”, “si ellos/ellas hacen porque yo ¿no?”, “aprovecharemos”, y una decena de etcéteras.


Al parecer los y las paceñas tenemos una aguda y avispada capacidad de crítica, análisis y una capacidad infinita de aprovechamiento, pero es una minoría invisible y galáctica que busca soluciones y lo aplica en esta vida vertiginosa del ser paceño.


Pero, ¿cuáles son nuestras ventanas completas?, después de una corta reflexión me quedo con una frase que Mario Espinoza dijo después del deslizamiento de Huanu Huanuni donde precisamente él era uno de los damnificados (que cito no textualmente). Los bolivianos somos extremadamente solidarios en dos situaciones; cuando juega la selección nacional y cuando suceden desastres naturales. Criterio que comparto y posiblemente añadiría a esta lista corta de solidaridad, la insatisfacción con el transporte, especialmente el rechazo casi descontrolado hacia los minibuseros y colegas afines.


Esa solidaridad expandida posiblemente parchara las ventanas rotas con hermosas canicas de colores, canicas que se definirían por el bien para todos y la conciencia de que la ciudad es una sola, que todos/as somos uno/a y si vemos un horizonte común podríamos hacer un mismo camino.


Posiblemente éstas reflexiones cursis son tan similares como el Cambalache de Gardel, que nunca pasa de moda, no por nada Sócrates decía: “Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos.”


Como que estas quejas posiblemente podrían llegar a definir a la esencia pesimista del ser humano y tal vez estamos viviendo en un estado de felicidad inconforme.  O ¿no?